Las voces protagonistas

Amaya
Amaya Martorell Aragonés
Barcelona ciudad y alrededores
¿En qué consiste tu proyecto/negocio/empresa y qué lo hace diferente?
Trabajo como chef privada y enseñando a cocinar a otros, además de ser docente y divulgadora gastronómica. Trabajar 100% según las necesidades de cada cliente y comprando y cocinando como si fuera para mi familia, hace que los resultados en el plato sean muy apreciados por mis clientes. Creo que la autenticidad es el valor diferencial.
¿Cómo empezaste, qué te inspiró y cómo ha sido tu trayectoria hasta hoy?
Me dediqué más de 15 años al mundo del márketing y las ventas en empresas de gran consumo. Me gustaba mi trabajo pero no acababa de ver el beneficio real que yo podía aportar a la sociedad. Mi pasión por la cocina estuvo siempre ahí y después de un punto de inflexión en el trabajo, decidí apostar por esa pasión. Me puse a estudiar y estuve pensando cómo podría ganarme la vida cocinando pero sin tener un restaurante, ya que tenía niños pequeños de los que hacerme cargo. Y aquí estoy, con una vida increíble que nunca habría imaginado, viviendo de lo que me gusta y viendo como mi trabajo hace feliz a los demás. ¿Qué más se puede pedir?
¿Has tenido que desafiar estereotipos o barreras?
si, bastantes. No soy un chef tradicional. No tengo restaurante. Creer en mi misma y en lo que hago ha sido lo más difícil del proceso. Poco a poco voy encontrando mi lugar.
¿Has contado con redes de apoyo?
Si, sin ellos no habría podido. Lo primero mi marido, que me apoyó desde el primer momento. Después asociaciones como Juno Women o Mujeres en Gastronomía han sido clarísimas redes de apoyo para poder crecer. Uno de los grandes obstáculos de ser autónomo es la soledad y la falta de red en mi caso, al haber cambiado de sector. También acudir a citas clave del sector como ferias o eventos como Catalunya regio mundial de la gastronomia, o la asociación de Turismo de la generalitat. Me han ayudado a seguir creando red y ganar visibilidad.
¿Qué consejo le darías a otras mujeres...?
Creer en una misma es el número 1. Y buscar redes de apoyo. Sola es muy difícil avanzar.